Ventajas de los techos de metal
Los techos de metal poseen una variedad de beneficios que contribuyen a su creciente popularidad entre los propietarios de vivienda. He aquí algunas de las principales ventajas:
¿Cuánto duran los techos de metal? La longevidad es uno de los factores de venta más importantes de los techos de metal. Dependiendo del material, los techos de metal pueden durar entre 40 y 80 años, considerablemente más que los 20 años de vida útil que ofrecen los típicos techos de teja de asfalto.
¿Son duraderos los techos de metal? El metal resiste bien los elementos del clima, incluyendo fuertes vientos, nevadas intensas y hasta incendios forestales, lo que lo convierte en una sólida opción para casi cualquier clima.
¿Son energéticamente eficientes los techos de metal? Un techo de metal puede ahorrarle al propietario de vivienda alrededor del 40% de los costos de energía eléctrica. El tipo de techo de metal más eficiente dependerá de la ubicación de tu vivienda. En los lugares más fríos, los ahorros pueden ser mayores de usarse techos de metal sin pintar, ya que absorberán más el calor del sol. En los lugares más cálidos, por el contrario, las opciones granulares o previamente pintadas pueden ser una mejor opción, ya que reflectan hasta el 90% de la radiación solar.
¿Cuál es el impacto ambiental? Los materiales para la construcción del techo de metal suelen fabricarse con contenido reciclado y son un 100% reciclables al final de su vida útil, lo que los convierte en una opción respetuosa del medio ambiente. Este aspecto es cada vez más importante para los propietarios de vivienda que buscan reducir su huella de carbono.
¿Son los techos de metal resistentes al impacto? Los techos de metal ofrecen una resistencia al impacto superior, protegiendo incluso contra el granizo, en comparación con otros materiales para la construcción del techo. Esto puede ser particularmente beneficioso en áreas propensas a condiciones de clima severo.
¿Qué tan resistentes al fuego son los techos de metal? Los techos de metal son incombustibles, lo que significa que tienen una clasificación de resistencia al fuego de Clase A (la más resistente). Esta característica es especialmente importante en áreas propensas a incendios forestales o si estás buscando mayor protección para tu vivienda.
